viernes, 2 de enero de 2015

Mi identidad cultural



         Para realizar este apartado tenía que pensar y decidir sobre que partes de mi cuerpo son las que más me representan, es decir, que es lo más característico de mí, que partes de mi cuerpo llaman la atención de las personas que me conocen, gracias a que me recuerdan. 

        Esto difícil porque, hacer esto no es algo que la gente haga todos los días, tú no te paras a pensar cuando te despiertas cuáles son tus facetas físicas más destacadas. 

         Tras mucho pensar y recordar lo que mis amigos y familiares suelen destacar de mí he llegado a la conclusión de que mi identidad cultural en cuanto a físico se refiere está vinculada a mi mano, mi oreja y mi pelo.



         Esta primera elección, se debe a que a través de esta parte del cuerpo, puedes percibir gran cantidades de emociones y sentimientos, que de otra manera no conocerías jamás. Para las personas invidentes el sentido del tacto es imprescindible puesto que todo lo que no pueden conocer por la vista lo consiguen por el tacto. Este, bajo mi punto de vista es uno de los sentidos más importantes puesto que en mi opinión no hay nada más gratificante que una pequeña caricia o un simple roce en el momento adecuado con la persona correcta.

         Además, hay personas que opinan que a través de las manos se puede conocer la forma de ser de las personas, así como su futuro y presente. Pues bien, yo no sé si a través de mis manos se podrá conocer mi futuro y presente lo que sí que sé es que se trata de una parte de mi cuerpo característica que me identifican y distingue de los demás.

        Desde hace siete año llevo siempre puesto el anillo, fue el primer regalo que mi novio me hizo y para mi significa que el amor que en ese momento nos teníamos sigue siendo igual o superior a pesar del tiempo que haya pasado, además cuando no estoy con él es como si estuviera a mi lado y todo lo que yo vivo cada día lo está viviendo él a mi lado.

         Por otro lado, siempre llevo las uñas pintadas, me gusta tenerlas arregladas y cuidadas. Esto no tiene ningún valor sentimental como lo anterior pero de igual manera es algo que me caracteriza y distingue del resto de personas. Por lo general, los colores que más me gusta llevar en mis uñas son distintas tonalidades de rosas y azules. Estos colores normalmente se asocian a la calma, la serenidad, el romanticismo, la dulzura... No sé si será mi caso, para ello sería conveniente hablar con las personas más cercanas a mí.


        La segunda parte que he elegido como una forma de conocimiento de mi identidad personal ha sido mi oreja. Esto se debe a que es la parte de mi cuerpo con más concentración de pendientes, algo que ha marcado mi forma de ser desde hace mucho tiempo.

       Desde muy pequeña me han apasionado los pendientes y siempre he buscado maneras y métodos para convencer a mis padres de que me dejaran hacérmelos. Recuerdo que el primero que me hice fue cuando tenía trece años y lo conseguí porque les dije a mis padres que yo me comprometía a intentar superar mi miedo a montar en ascensor si ellos me hacían un pendiente en la oreja y cuando conseguí estar un tiempo montando mis padres me llevaron a hacérmele. He de decir que hoy en día sigo sin montar en ascensor fue hacerme el pendiente y dejar de montar.

       Con el tiempo he ido ampliando mis pendientes en lugares como las orejas, el labio, la lengua y el ombligo. Siempre me han encantado los pendientes, porque marcaban mi forma de ser un poco alocada. Por lo general, las personas que tienen tantos pendientes como yo los acompañan de tatuajes, pero ese no es mi caso.

        Siempre he pensado que un pendiente es algo que tú te pones porque te gusta y te identifica, pero que los años pasan y el pensamiento de las personas varía en relación a las vivencias y acontecimientos que marcan tu vida y puede que con el tiempo cambies de forma de pensar y te canses de llevarlos y decidas quitártelo. Pero si te haces un tatuaje y te ocurre esto tú no puedes volver atrás porque eso es algo que va a ser para toda tu vida, aunque bien es cierto que hoy en día puedes llegar a conseguirlo pero es un trámite costoso y largo.



       Como última parte del cuerpo he elegido mi pelo, personalmente opino que el pelo de las personas marca la personalidad, además el peinado afecta e influye en el rostro de la gente.

       Siempre me he caracterizado por ser una persona algo alocada a la que la han gustado los cambios, puesto que la monotonía me aburría. He tenido el pelo de todos los colores posibles (rubio, castaño, moreno, pelirrojo, con reflejos azules, con mechas rosas…).

         Con el paso del tiempo y tras haber probado todos los looks posibles, me he decidido por llevar el pelo largo y con mi verdadero color, puesto que me encanta poder hacerme muchos peinados diferentes. Como he dicho antes no me gusta ir siempre igual me encanta el cambio y con este tipo de pelo puedo hacerme todos los días un peinado diferente y de este modo ir siempre diferente. Aunque como se puede observar en la fotografía lo que más me gusta son los moños altos, eso sí siempre con formas diferentes.

        En definitiva la razón por la que he decidido incluir mi pelo en este apartado ha sido porque este refleja, por lo menos en mí y bajo mi punto de vista en todas las personas, el estado de ánimo y la forma de ser de las personas. Cuando estás más animada y contenta te pones peinados más alegre y divertidos, mientras que si te encuentras con un día algo más complicado optas por no preocuparte por él y llevas un peinado triste. Además en mi caso como ya he mencionado antes refleja mi forma de ser, una persona que la gusta lo diferente y se aburre con la monotonía.


       Finalmente para concluir con la exposición de este apartado, me gustaría destacar que el color elegido como fondo de las fotografías ha sido el color amarillo, puesto que los colores claros, provocan una mayor sensación de cercanía y complicidad y al tratarse de un tema personal he considerado oportuna esa tonalidad. En cuanto al recuadro con el que he rodeado todas las fotografías también ha sido intencionada intentando resaltar a esta por encima del resto de elementos. Para concluir únicamente destacar que, el color de los enunciados ha sido un tono más vivo para los enunciados y más triste para el contenido intentando diferenciar de este modo lo que se debe leer primero y lo que se debe leer posteriormente.

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